Su iglesia parroquial está dedicada a la degollación de San Juan Bautista. Es un edificio barroco del s.XVII. Conserva una Inmaculada atribuida a Juan de Ávila..
Ataquines se encuentra inmerso en la ruta que conforma la N-VI, lo que ha permitido la instalación de un servicio de alojamiento y hostelería. Su término municipal llega hasta el Valle del Adaja, lugar en el que se ha instalado un pequeño merendero.
Su nombre tiene diversos significados, uno sería debido a los numerosos cerros que lo rodean y que son conocidos como ataquines; y la otra con una pizca de mofa e historia que cuenta que cuando pasó por aquí Isabel la Católica hacia Arévalo, se le desató un zapato y le dijo a su doncella que se llamaba Inés: "Ata aquí Inés".
Dentro de ese pequeño cerro donde se ubica el conjunto urbano, se eleva la esbelta estampa de la torre que junto que con el edificio anexo conforma la Iglesia de San Juan Bautista. Data del siglo XVII, es barroca y está construida en ladrillo, en el lugar que ocupó un castillo. La nave central se cubre con bóveda de cañón con lunetos, al igual que los brazos del crucero. El crucero se cubre con una cúpula sobre pechinas y las naves laterales con bóveda de arista. Guarda además la irgen de la Morenita, que antes era de color oscuro. Puede visitarse contactando con el Ayuntamiento.
Conviene acercarse por aquí en las fiestas de la Degollación de San Juan Bautista celebradas en la última semana de agosto, con diversos actos taurinos, ya que a las novilladas hay que unir los encierros que en muchos casos llegan a durar hasta tres horas. Otras fiestas de carácter más local, son las de la Virgen de la Morenita el día 3 de mayo dentro de la cual desde hace varios años se realiza un festejo taurino denominado "Toro de la cruz" en el cual se sueltan dos toros por la calles de la villa, y la de la Matanza el Martes de Carnaval. Durante éstas, siempre coincidiendo con el sábado de carnaval se realiza una comida para todo el pueblo con un cerdo que se mata el día antes, mientras que en las de mayo se organiza una populosa procesión con orquesta y bailes de la gente, aparte de un tradicional y curioso sorteo de tartas y corderos.
En cuanto a la gastronomía, en Ataquines sobresale el cochinillo, siendo uno de sus platos estrellas, que junto con el vino de la tierra puede resultar un manjar que puede degustarse en los restaurantes de la zona, sin olvidar que también podremos descansar en su hostal.